Lo que predomina en las estructuras naturales y sociales es el cambio. Es la transformación de lo que hasta ahora llamamos materia, pero también de modo concomitante, del pensamiento que trata de comprenderlo y asimilarlo a través del lenguaje. En tal orden de ideas, tratamos de entender el mundo a través del método hermenéutico. Para ello, nos centramos en un grupo de autores que nos describen “grosso modo” nuestro clima o espíritu desde los ámbitos económico, político, filosófico, u otros. Buscamos responder a la pregunta: ¿A partir de qué aspecto humano es posible empezar a interpretarnos como seres en el mundo? Es cierto que ya antes ello fue planteado también por otros filósofos o hermeneutas como Husserl, desde la conciencia, Heidegger a partir del sentimiento de finitud, Foucault, desde las relaciones de poder social, Mearly Ponty desde la corporeidad, Habermas desde las situaciones dialógicas, Marx, desde la lucha de clases, y así sucesivamente. Nosotros lo hicimos desde la actitud crítica, sin dejar de encontrar en todas las perspectivas anteriores un abanico de ideas importantes plenamente actualizables, si nos lo proponemos. En nuestras conclusiones exponemos ideas tal vez desconsoladoras para quienes están acostumbrados a las recetas: decimos que no hay una forma de interpretación estándar, ni un proyecto, ni una misma forma de vida o sentido vital para todos. Cada quien tiene que forjársela desde su propias circunstancias personales y sociales. Ya no sirven de nada las generalizaciones, menos en materia de vivir, de ser, de actuar y hasta de morir.
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